Dossier: EL CLERO ENMARCA LA VIDA DE LOS FIELES

 

Un obispo celebrando misa

1 Mitra y cruz, son los atributos del obispo que señalan la extensión de su poder.2 Gesto de bendición. 3 Sobre el altar, el pan y el vino consagrados durante la misa: es el sacramento de la eucaristía (reparto del pan y del vino, símbolos del cuerpo y de la sangre de Cristo, recuerdo de su última cena). 
Biblioteca Sainte-Geneviève, París
 
 

La organización del clero secular

El clero secular está muy estructurado para asegurar perfectamente la celebración del culto y para asistir a los fieles.
1 El oblispo manda a los otros clérigos. 2 El pastor (cura). 3 El diácono 4 El subdiácono, rodeado por miembros de las órdenes menores que ayudan a la celebración de la misa y al encuadramiento de los fieles: 5 el portero, 6 el lector, 7 el exorcista, 9 el acólito.
Sacramentaire de Marmoutier de Autun, hacia 845
 

 

A partir del siglo XI, los papas emprenden la “reforma gregoriana” (del papa Gregorio VII). Se trata de vigilar las bienes costumbres del clero para que sea digno de guiar a los cristianos a la salvación.

1. Que ningún clérigo lleve armas.

2. Que ningún laico, simple clérigo o sólo subdiácono sea elegido obispo.

3. Que nadie compre para sí mismo una prebenda1;  y si un tercero o sus padres lo han hecho para él, que la devuelvan al obispo. (…)

4. Que nadie exija el derecho de sepultura2.

5. Que ningún padre, diácono o subdiácono (…) se mezcle en una unión de fornicación; si lo hiciera que sea completamente separado de su canonjía3.

6. Que no se permita a ninguna mujer vivir en la casa de los clérigos. (…)

7. Que no se permita a ningún clérigo, en adelante, obtener prebendas en dos ciudades, puesto que no puede haber dos iglesias titulares. (…)

                                                             Extractos de l Concilio de Clermont, 1095

 

1. Ingreso ligado a un cargo eclesiástico.

2. Dinero entregado a cambio de una inhumación cristiana.

3. Dignidad eclesiástica.

 

Enfrentada a la violencia de los caballeros, la Iglesia trata, a partir del siglo X, de proteger al clero y a los laicos sin defensa: son los tiempos de la paz de Dios.

  1. No invadiré de ninguna manera una iglesia. No usurparé el terreno del atrio de la iglesia (…)
  2. No asaltaré a clero ni monje que no lleven armas laicas, ni a las personas que vayan con ellas sin armas. (…)
  3. No me apoderaré ni de buey, de vaca, de cerdo, (…) de asno, ni de la carga que lleven. (…)
  4. No me apoderaré del campesino, ni  de la campesina, de los sirvientes ni de los mercaderes. No tomaré sus dineros (…)  y no los azotaré. (…)
  5. No incendiaré ni destruirá las casas. (…)

Bruchard, arzobispo de la iglesia de Lyon, ha establecido este pacto de paz en el concilio de Verdún, en presencia de sus obispos (…) que todos juntos han pronunciado la fórmula de excomunión: “aquel que no mantenga esta paz (…) que no entre más en la iglesia con los cristianos, que tenga su compañía, que no reciba más el cuerpo y la sangre del Señor hasta que jure esta paz. No ordenamos jurar este sacramento a los que no son caballeros y no lleven armas.”

 

Acuerdo de Verdun-sur-le-Doubs, 1021-1022.